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¿Cómo saber si mi hijo tiene ansiedad o es sólo estrés?

El estrés y la ansiedad son términos relacionados pero distintos. El estrés es una respuesta temporal ante una situación desafiante, mientras que la ansiedad es una respuesta persistente y desproporcionada. Por ejemplo, no es lo mismo sentir estrés temporal porque se aproxima un examen, a sentir ansiedad porque se piensa que no te va bien en la escuela.

Diferenciar el estrés de la ansiedad en niños puede resultar un desafío, ya que comparten similitudes en sus manifestaciones. Hay algunas diferencias clave que podemos considerar para poder diferenciarlos:


- Duración y persistencia: El estrés es una respuesta temporal a una situación estresante específica y tiende a desaparecer una vez que la situación se resuelve. Por otro lado, la ansiedad en los niños es más persistente y duradera, y puede manifestarse incluso en ausencia de una situación estresante inmediata.


- Intensidad de la respuesta emocional: El estrés suele desencadenar una respuesta emocional aguda y proporcional a la situación estresante. En cambio, la ansiedad puede generar una respuesta emocional desproporcionada o exagerada, que puede incluir miedo intenso, preocupación constante o pánico.


- Síntomas físicos: Una similitud entre la ansiedad y el estrés es que ambos pueden manifestarse con síntomas físicos, como dolores de cabeza, dolores de estómago o dificultades para dormir. Sin embargo, la ansiedad tiende a estar más asociada con síntomas físicos crónicos y recurrentes, que persisten incluso cuando la situación estresante ha desaparecido.


- Impacto en el funcionamiento diario: Si bien el estrés puede afectar el bienestar y el funcionamiento diario de un niño, la ansiedad puede tener un impacto más significativo y generalizado en diferentes áreas de su vida, como el rendimiento académico, las relaciones sociales y las actividades cotidianas.


Comparado con el estrés, la ansiedad requiere apoyo profesional, y actualmente se han desarrollado varias estrategias efectivas para el tratamiento de la ansiedad infantil. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las intervenciones más respaldadas por la evidencia científica. Esta terapia se enfoca en identificar y desafiar los pensamientos negativos y distorsionados, así como en enseñar habilidades de afrontamiento y técnicas de relajación.

Recuerda que la evaluación de un profesional de la salud mental es crucial para realizar un diagnóstico e intervención adecuados, logrando detectar si tu hijo tiene ansiedad o sólo es estrés.